martes, 11 de julio de 2017

Capítulo LXVII; Nuevas ideas.

Llegamos a una casa a orillas de la playa. La vista era hermosa y el viento salado nos dejaba una agradable sensación. Aunque si bien, era considerablemente pequeña, pero aun así tenía el espacio necesario para los fines necesarios. Primero llegué yo y al notar que nadie estaba, comencé a preparar lo que iba a necesitarse para lo que se venía venir. Apenas había hecho aparecer un paquete de cigarrillos cuando un crack anunció la llegada de Marian y Flammer, cada quien con un chico que no estaba con nosotros al inicio del ataque. Uno era de cabello negro y de ojos verdes, el otro rubio, de nariz afilada y ojos grises. Bien podría decirse que eran Harry Potter y Draco Malfoy durante sus años de estudiantes, sin embargo eso había ocurrido hace tantos años que simplemente era imposible, pero aun así, muchos consideraron que secuestrar a Albus Potter y Scorpius Malfoy directamente de Hogwarts también lo sería, y aquí estaban, en la vieja casa que en un tiempo le perteneció a Bill y Fleur Weasley. Marian y Flammer apuntando con sus varitas las espaldas de los chicos los hicieron entrar y antes de cerrar la puerta, otro sonido como si de un disparo se tratara, llegó Herman y Hada, quienes venían tranquilos. En cuanto todos estuvieron, entre Delacour, DuMort y yo comenzamos a poner hechizos de protección para que nadie nos interrumpiera, pues Flam aseguró que sólo sería cuestión de tiempo antes de tener a todo el ministerio de magia encima.
La habitación principal estaba vacía de muebles, salvo por una pequeña mesa, dos sillas y una lámpara de electricidad que servía para iluminar el lugar, donde estaban sentados el hijo de Potter y Malfoy, detrás estaban Herman y Marian, cuidado que los chicos no intentaran nada idiota. Flammer y Hada estaban parados detrás de la mesa, frente a ellos con un cigarro cada quien observándolos sin decir nada. Y yo estaba de espaldas a la puerta, observando todo y con la varita empuñada para el momento que se ocupara. Los pobres muchachos tenían una cara de miedo y preocupación tal que incluso daba lástima verlos. Después de un largo y excesivo silencio, Flammer dejó escapar una larga bocanada de humo y finalmente habló.
—Son pocos los que respetan a un silencio. Este es incluso más poderoso que las palabras, claro, sí es usado de manera correcta. Hace que todo sea una sorpresa y que nadie espere lo que pasará después. He mantenido silencio durante muchos años, dejando que hablen de mi, que me tomen como un mago tenebroso, como un alborotador o como más cosas, pero no. Chicos, los he traído solo por una razón y antes de que se orinen en sus pantalones, matarlos no está en mis planes. Sólo quiero hablar con ustedes, entender un poco más de lo que ustedes piensan. —Flammer cayó un momento, volvió a fumar y al ver que no tuvo respuesta, simplemente siguió. —Ambos son Slytherin. Uno se veía venir, pero sin duda, el otro fue una sorpresa para todo el mundo. El hijo de Harry Potter un Slytherin, rompiendo la tradición de la familia. —Noté como el chico hacía una cara de malestar cuando le decían “hijo de Harry Potter” —Y un Malfoy en Slytherin, forjando su camino para ser el siguiente heredero de la Gran Fortuna de la Noble casa de sangre pura. Sin embargo, ¿ambos quieren eso?  Porque esa cara de Potter delata que no… Yo te conozco, Albus; el hijo de en medio, la peor posición en una familia. La sombra del mayor pero el ejemplo de la menor, ¿Qué fastidio no? Saber que no importa lo que hagas, siempre habrá un punto de comparación “Tu hermano jamás hizo eso… Tu hermana, siendo más chiquita ya pudo hacer aquello” un fastidio de verdad, ¿no? Y bueno, un hijo único no se queda atrás. Pero para ti, Scorpius es peor aún; estigmatizado por un padre que fue mortífago y aun mantiene esa marca en su brazo tan negra como el día que se la hizo. Una madre déspota que no duda en usar la influencia que el apellido de tu familia le trajo, el derroche que dinero en tiendas tanto mágicas como muggles, y luego llegar a envenenar tu mente sobre ideas supremacistas pro mágicas. Un padre despreocupado que casi nunca vez, una madre que no te quiere. Bueno, en otras palabras, es a lo que podría decir tener una vida de mierda. Y ambos lo saben. Potter está buscando reivindicarse, demostrar que no es su padre y que no debe seguir sus pasos y Malfoy que puede ser mejor que toda su familia, que no por llevar ese apellido debe estar estigmatizado. —Soltó una ligera sonrisa, y prendió otro cigarrillo viéndolos a los ojos. —Y yo los puedo ayudar. Tal vez no lo crean, pero en algún momento, antes de llegar a Hogwarts, también me sentí así; crecí en un orfanato muggle y créanme cuando les digo que los de aquí son una mansión comparados a los de donde soy. Irrelevante, sin poder destacar por la falta de oportunidades, que no importa que tanto labres el camino para resaltar, jamás podrás hacerlo. Sin embargo cuando pisé Hogwarts fue como pones un pez al agua. Me desenvolví tan rápido aquí, conseguí amigos tan rápido que aun siguen a mi lado, a pesar de todo, y pueden verlos, están parados aquí. Destaqué, de la forma no ortodoxa, pero desde ese momento muchos de mis compañeros de generación entendieron una cosa; mientras estuvieran de mi lado, nada les pasaría. Decir que soy el mejor mago de la historia sería exageración, ha habido mucho mejores que yo, pero no poderosos. Aquí estemos tal vez los más poderosos de nuestra época, y de todo el siglo XX, y cuyos objetivos son aún más nobles que ninguno otro que jamás se haya visto.
—No importa como quieras maquillarlo, Flammer. —Habló por primera vez Albus Potter, en quien se le veía el temor muy fácilmente. —Todos sabemos lo que eres, un mago oscuro, peligroso e iracundo, incluso como diría mi hermano, fanático de Tom Riddle.
—No, muchacho, estás muy alejado de todo lo que soy. Y no sólo pasa entre nuestra gente, incluso entre muggles, a los genios incomprendidos los tratan de herejes, locos o simplemente peligrosos. Isaac Newton, un famoso mestizo del que nuestros libros casi nunca lo mencionan por haber dado tanto a la ciencia muggle, muchas veces fue visto como un loco por sus ideas revolucionarias a su edad. Leonardo Da Vinci, un inventor muggle italiano, lo consideraban un loco por sus avances tan importantes en las ciencias médicas. Albert Einstein, Galileo Galilei, Nikola Tesla. No soy el primero y ni el último, pero sí el más importante para la sociedad mundial. Y por eso los traje, porque necesito gente entregada, que no le tema al éxito ni a lo gloria propia. Lo que les voy a mostrar cambiará su forma de ver la magia para siempre, pues durante este año lo hemos estado perfeccionando, y podrán observar una cosa; la magia oscura no existe, si es que toda la magia la dominas y manejas igual.
—Mi padre me dijo que eres como Gallert Grindelwald, sólo buscas posicionarte como el líder en una revolución sin sentido. Un fanático que va contra los muggles. —Gritó Malfoy, quien mantenía el temple, pero aún así se mostraba intimidado.
—Bueno, tu padre más que nadie se alegraría si eso pasara, pero no, nuevamente, no soy ni como Riddle ni Grindelwald, no busco imponer a los magos sobre los muggles, ni viceversa, sino un equilibrio entre ambas sociedades, donde podamos ayudarnos mutuamente y beneficiarnos los unos de los otros. Verán, durante cientos de años, nuestros congéneres han considerado a los muggles poco más que bestias, alejándose de su vida y sociedad, pero odiándolos por obligarnos a escondernos. Sin embargo hay dos puntos sobre el Estatuto Internacional del Secreto que suelen ser tomados a cuenta. Uno reza que fue creado para protegernos, ¿pero de qué? No somos más cantidad que las personas sin magia, pero desde luego uno solo de nosotros puede luchar incluso contra 100 de ellos, obviamente si es hábil con la varita. Y la otra es que fue para protegerlos a ellos, ¿de nosotros? No, cuando se fundó el estatuto, incluso los magos de sangre pura estuvieron en desacuerdo, porque tenían fuertes nexos con las familias más ricas y acaudaladas de la sociedad muggle, lo que nos pone de nuevo en una pregunta; ¿para que lo hicimos? Honestamente considero que fue sólo para crear un distanciamiento, una ignorancia sobre la otra sociedad y el caso de lo muggles, un total desconocimiento sobre nosotros y más allá, poder hacer nacer un sentimiento anti magia o anti nomagia que es enfermizo. Sin embargo, al igual que muchas cosas, como el café y la leche, la piña y la pizza, los Slytherin en una familia de Gryffindor o los Slytherin que ven por sus amigos antes que ellos, rodeados de egoístas, las cosas más diferentes pueden ser juntadas y dar buenos resultados. Ahora quiero que observen con atención, pues verán lo que digo. —Flammer tomó su varita y dio un paso atrás y con hábil movimiento, apuntó a la lámpara eléctrica que estaba encendida haciendo que la luz saliera en forma de esfera luminosa que en poco menos de dos segundos se convirtió en un rayo azul que estaba causando una luz incesante en todo el salón, moviéndose como serpiente pero perfectamente controlada. —Esto, chicos, es energía eléctrica, manipulada con magia. Esta no es muy poderosa, más que nada porque viene de energía solar almacenada, sin embargo es lo suficientemente poderosa para golpear a uno de ustedes y matarlos, haciendo una marca en su cuerpo y hacerlo pasar como una muerte por descarga eléctrica, o por la mala suerte de que te caiga un rayo. Sin embargo, gracias a esto he logrado crear especies nuevas, mejoradas y jamás imaginadas. Humanos que superan los límites permitidos naturalmente, gigantes con inteligencia humana, trolls con la habilidad de escupir fuego y demás. Lo crean o no, pero hemos logrado algo que ningún mago podría haber hecho más que imaginar. Y lo mejor de todo, podemos compartir estos avances mágicos y científicos con los muggles, ser una sociedad perfectamente equilibrada.
—Eso es imposible. Para empezar, el ministerio regula toda creación de bestias nuevas y en segundo, para lograr lo que dice, primero debería haber una reforma en la ley mágica mundial.
— ¡Exacto! Pero eso sólo lo hace más divertido. Pues el estatuto está por ser eliminado. Los magos hemos madurado, los muggles han crecido y entendido que hay cosas más allá de su entendimiento pero que están deseosos de conocer, estudiar y comprender. De nosotros depende ayudarlos.
 La plática siguió durante horas más, prolongándose durante toda la madrugada. A la mañana siguiente, Flammer continuó explicando sus planes, mostrando su magia y sus métodos. Para el día de Halloween, los aturdió y dejó en Charles Statue, donde fueron localizados un par de horas después. Sin embargo, eso no detuvo el reguero de pólvora que se hizo; El día 2 de noviembre del año 2022 se realizó la votación definitiva, que dio la vuelta a todo el mundo mágico y que para la navidad de ese mismo año, ya era un hecho; el Estatuto Internacional del Secreto había sido revocado, dando por primera vez en mucho, mucho tiempo, la posibilidad de ser parte de una sola comunidad. Pero lo que se vio como un avance hacía un nuevo panorama, nuevas ideas y una ilustración intelectual, pasó a no ser más que la piedra que desencadenó la avalancha que estaba por venir.  

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