viernes, 8 de mayo de 2015

Capítulo XIV: El hechizo



 [Nota del escritor: Es un capítulo corto y publicado con bastante retraso. Aunque no me gusta profundizar les explicaré a grandes rasgos:
En estos momento tengo problemas en mi casa que me impiden usar la computadora para escribir, por lo que esta parte es más corta que las demás. De igual manera, trataré de subir un capítulo nuevo al menos una vez a la semana. Les dejo mis redes sociales personales en caso de que quieran contactarme para asuntos meramente DE IDEAS y CRÍTICAS. También les pido que compartan en sus cuentas de google y facebook así como comenten para hacerlo más conocido. También suscribanse al blog (con su correo electrónico) para que reciban cada nueva publicación. Les prometo que no tendrán spam
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La mañana siguiente, al igual que toda la semana, el colegio estuvo completamente callado y lleno de aurores. Se prohibió salir a los terrenos después de las 6 de la tarde si no era para asuntos de clases. Todos debían estar a las 8 en su sala común o deberían enfrentar severos castigos. La directora estaba hecha un racimo de nervios y estrés. «Ya no puede con el puesto debido a la edad. No es Dumbledore» decían algunos alumnos cuyos padres estaban en el consejo escolar. Todo estaba bastante atestado de guardias y maestros, lo que retrasó considerablemente los planes de Hada, Flam, Herman y Marian, quienes estaban desesperados por iniciar a practicar encantamientos. Lo único que podían hacer era esperar a clases de defensa contra las artes oscuras, la cual se volvió aún más práctica que de costumbre. Estaban completamente interesados en que tuvieran suficiente conocimiento para defenderse ante nuevos enemigos y criaturas que no se sabía que rayos eran. Fue bastante tenebroso respirar la bruma y la brisa helada la primera semana de clases, acompañada por una completa melancolía por parte de todo el mundo, como si dementores estuvieran al acecho, pero aparentemente, esas cosas que se presentaron la primera noche, no lo eran, si no otro tipo de ser aún peor, o eso parecía.

El martes de la siguiente semana, Flammer y Herman se encontraban en clases de Historia de la Magia. Estaban hablando entre ellos, pues el profesor Binns, como siempre se había quedado dormido.
—Sabes, Flam, me preocupa todo lo que está pasando ahorita en estos tiempos.
— ¿Por qué? Bueno, está controlado y los maestros junto a los aurores hacen un buen esfuerzo.
—Sí, pero no me refiero a eso… O sea, llevamos mucho tiempo sin hacer nada. Comienzo a sentir que me oxido.
—Lo sé, yo igual, pero no podemos movernos libremente por aquí con esos tontos aurores.
—Sabes, tengo una idea, pero sería jugárnosla.
— ¿A qué te refieres?
—Podríamos entrenar en La Cámara de los Secretos… pero para entrar necesitamos alguien que hable pársel.
— ¿Y conoces a alguien?
—Sí y no.
—Explícate…
—Verás, Marian viene de una familia un poco… ¿rara? El caso es que puede que sepa pársel.
—Sería cuestión de intentarlo el fin de semana. Es arriesgar nada y ganar.
—Muy bien, Flam, yo hablaré con ella. Tú con Hada. Por alguna razón se tienen gran entendimiento, a mi aún me da un poco de miedo. —Dijo Herman cuyo comentario hizo reír a Flammer durante buen tiempo. Los días pasaron cada vez más tensos; se empezaron a hacer revisiones exhaustivas a todos los estudiantes para detectar algo que pudiera ser usado para mal. El viernes a las 7 de la noche, después de que salieran de cenar, se escuchó un grito terrible en el tercer piso; una chica de primero encontró a una de 5to muerta desollada de tajo a tajo y el suelo lleno de sangre. Esto perturbó terriblemente a todos, pues no había indicio de magia ahí y tampoco de arma muggle. El sábado, aprovechando la incertidumbre, los 4 chicos bajaron a la entrada de la cámara, le comentaron a Marian el plan, y ella, un poco recelosa y poco convencida hizo el intento. Después de susurrar un par de palabras entre silbidos la entrada comenzó a moverse hasta revelar el túnel que bajaba.
—Muy bien—Dijo Flammer— ¿Quién primero?
—Yo digo que el de la idea. —Contestó Hada empujándolo y haciendo que este cayera. Después de unos segundos se escuchó que gritó de manera bastante malhumorada.
— El que sigue… lamentablemente nadie morirá aquí. —Al bajar los 4 y caminar, entraron a una sala donde un esqueleto de serpiente reposaba y una enorme estatua de la cara de Salazar Slytherin se encontraban. Prácticamente no supieron que hacer debido a que no esperaron llegar tan lejos.
—Yo digo…—Dijo Herman—Que hagamos duelos… para ver que tan bien estamos y si aún recordamos como empuñar la varita de manera correcta antes de pasar a hacer todo con el dedo.
—Muy bien… ¡Pido con Flammer! —Gritó Hada.
—Será un verdadero placer (culera) —Contestó el chico.
Las parejas se acomodaron y en la seguridad de la cámara comenzaron a combatir. Herman y Marian sólo trataban de aturdirse y desarmarse, pero pronto tuvieron que guardar y ver lo en serio que se lo tomaron sus dos amigos.
— ¡Desmaius! —Apuntó Hada hacía Flammer quien con un hechizo de protección detuvo el ataque. «Expelliarmus» contraatacó el chico y durante un par de minutos así estuvieron.
— ¡Bombarda!… ¡Engorgio! —Apuntó hacía el techo el cual cayó y después aumentó de tamaño haciendo que Sophia tuviera que moverse. Tratando de sacar ventaja sobre esto, Flam usó una cuerda mágica para tratar de tirarla, pero la chica hizo aparecer una serpiente de cascabel que fue directo al rostro de Actecmer. Este la mató con un sectumsempra y la chica, aprovechando estos segundos de ventaja, lo maldijo con una maldición de forúnculos la cual le impactó de lleno en el pecho y sin pensarlo dos veces apuntó su varita al techo de nuevo y gritó.
— ¡Bombardaignis! —Y de la punta de su varita un pequeño mote de fuego salió impactando el techo, el cual hizo lo mismo que el hechizo bombarda, con la excepción de que una gran bola de fuego explotó junto a esto. De no ser por un escudo de agua que Hada invocó de manera oportuna la cosa pudo ser peor. El ambiente se llenó del aroma a cabello quemado.
— ¿Pero qué rayos te pasa pedazo de imbécil? ¡Pudiste matarme!
— ¡Tú hiciste lo mismo con tu jodida serpiente! ¿O sea que tú puedes intentar asesinarme pero yo a ti no?
— ¿¡Entonces admites lo que hiciste!? —Gritó Hada quien comenzó a golpearlo con manotazos.
— Ni siquiera sabes que hechizo es ese, así que cálmate. —Le dijo Flam tratando de calmarla, sólo logrando que se alterara más.
— ¡Eso no es justo! Ese hechizo no existe, ¿qué hiciste?
—Demostrar que soy mejor mago que tú. —Dicho esto, los ojos de Hada se llenaron de un odio completo y dándose la vuelta se acercó al montón de escombros a recoger su varita.
—Ya veremos si es verdad que eres mejor… imbécil.
— ¡Ya, chicos! Sólo estábamos ensayando, todos estamos bien, somos excelentes magos. ¿Qué tal si empezamos a ensayar la magia sin varita? —Dijo Herman tratando de apagar los humos que se encendían cada vez más.
—Muy bien… iniciemos por algo fácil… [Expelliarmus] —Dijo Flammer a la vez que su varita volaba por los aires. Volteo a ver y vio como Hada, con una sonrisa burlona apuntando su dedo hacía su mano le decía entre susurros «Yo gano, imbécil»

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